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sábado, 7 de junio de 2025

Homenaje a Carlos "El ministro" Rubin

 


Hola, bienvenidos a una nueva entrada de este espacio, hoy traemos un merecido homenaje a un personaje que fue generoso con su conocimiento acerca del blues, nos referimos al entrañable (para nosotros) Carlos “El ministro” Rubin.

Hace unos días atrás buscando fotos viejas en medio de cajas llenas de DVD´s,  CD´s y las molestas Lepismas encontramos, de casualidad, un archivo de audio llamado blues, automáticamente el cerebro relaciono el nombre del audio con un viejo programa de radio que se transmitía por la extinta FM 97.5 Rock de la ciudad de Córdoba y su presentador era el ya fallecido “Ministro” Rubin.

El audio estaba en un formato que no podíamos escuchar en nuestro actual pc, así que lo convertimos en formato mp3 y lo escuchamos un rato largo, fue un viaje de 20 años atrás en el tiempo, al 2005, escuchando la voz del “Ministro” presentando bandas y solistas del blues.

Esto nos llevo a hacer un video con el audio de la transmisión de radio, el cual dejamos a continuación para que lo puedan escuchar.




Pero, como el video no nos pareció lo suficiente, buscamos en internet información sobre el “Ministro” y encontramos su antiguo blog de wordpress del cual hemos copiado un archivo PDF que salió en la revista La Central N°11 de laño 2008, en la que se cuenta un poco de la vida y de su amor por la música.

A continuación, transcribimos la nota, como otro homenaje al gran “Ministro del Blues”.



Carlos Rubín, el "Ministro", coleccionista y difusor


El hombre que más sabe sobre blues en Córdoba, y tal vez en la Argentina. El productor, musicalizador y conductor de dos sólidos programas radiofónicos especializados, empedernido atesorador de discos, ingeniero y experimentado profesor de apoyo universitario, inició sus respuestas a la empática indagatoria periodística sentenciando: “Si preguntás qué es el blues, no lo vas a saber nunca”. Sin embargo, como buen docente, brindó una estimulante pista para que sí lo sepamos.

Nacido en Buenos Aires a fines de los cuarenta y criado en el cordobés pueblo de Justiniano Posse, Carlos Rubín alimentó a lo largo del tiempo una pasión que lo sobrepasa. Recuerda que la música lo acompañó desde siempre. 

Todos en su familia tenían una vinculación particular con ella. Su padre tocaba el violín, pero el que lo marcó fue un tío que tocaba el piano y que intentó en vano transmitirle sus conocimientos. 

“Yo empecé a estudiar música pero El León de Francia me cagó la vida, loco”, confiesa. El León de Francia fue una historieta de la década del 50 que se volvió irresistible para Rubín. Tanto que abandonaba sus clases para ir a comprarla y leerla. A cambio, El León de Francia le instaló un gusto por la literatura y, evidentemente, el placer de coleccionar. 

La pasión por la música lo transporta a su infancia, momento en el que quedó marcado por una orquesta típica de su pueblo que con amplio criterio incorporaba al repertorio algo de tango, canciones populares de la época y algunos destellos de jazz. 

Allí se produjo el primer encuentro con el género que en la actualidad lo desvela, de la mano de un tema musical elocuente: “Saint Louis Blues”. En la década del 60, Carlos comenzó sus estudios universitarios para recibirse, años después, de Ingeniero Electricista Electrónico. Más tarde estuvo a punto de que le saquen el apéndice para poder ir a trabajar en una base militar en la Antártida. Pero no fue, porque tan al sur no había blues. 




Se acuerda vivamente del Cordobazo: “Los jóvenes de ahora no saben nada, no han leído un libro, tienen actitudes totalmente egoístas”. Y no es prejuicioso, conoce a los jóvenes. Desde fines de la década del setenta prepara alumnos en su propia academia.


Juntadiscos


“Creo que empecé a coleccionar a fines de los sesenta. Los dos primeros discos que compré en esa época fueron Bud Powell en París y Fats Waller, y aún los debo tener”

No resulta difícil imaginar a Carlos Rubín en su casa de Alberdi, refugiado en su dormitorio, donde conviven más de un millar de discos, un equipo de música, un discman y una espesa capa de tierra. Vive con su mujer, un perro cercano a los setenta años perrunos y la aún presente ausencia de sus hijos.

Le pregunto cómo hace para conciliar su pasión, que a veces puede ser excluyente, con su esposa. “En dormitorios separados”, contesta el sabio “Ministro” al mismo tiempo que reconoce la permanente compañía de su mujer en el mencionado berretín. 

No se reconoce como obsesivo en el cuidado de los discos, pero sí dice cuidarlos: “Mis hijos siempre han tenido acceso a ellos y eso les permitió tener una cultura musical amplia”.


Inicio de una gran amistad 


En algún momento de principios de los 80 se cansó del jazz, saturado por el omnipresente uso de los sonidos sintetizados. “A mediados de esa década, me incliné por la música que me llegaba más, en reacción a esa sensación estomacal desagradable que me producía el uso indiscriminado del sintetizador. Me empecé a dedicar al blues. Empecé a viajar a Brasil y Uruguay. Viajaba al menos dos veces por año a ver cine. Me sentía bien en Montevideo, que es una ciudad bárbara. Actualmente, aún podés caminar a la noche tranquilo. Me iba en marzo, en agosto y a fin de año. La conocía casi como si fuera mi ciudad. Y compraba mucha literatura. Eso me inflaba. Soy lector. Comencé a leer desde comienzos de los setenta, y me impacta bastante la literatura urbana norteamericana”.


Según pasan los programas 


En el año 99, un alumno suyo, músico de blues, lo puso en contacto con el “Turco” Aquere, quien en ese momento realizaba un programa de blues en FM La Rocka.

Allí, Rubín comenzó haciendo algunos micros “entendidos” sobre el género y poco a poco fue tomando más injerencia, hasta encargarse del armado total del programa. Debido a su erudición en torno al blues, se ganó el apodo que lo identifica hasta el día de hoy. “En ese momento el Turco empieza a joder con lo de ‘Ministro del Blues’”, recuerda. El programa continuó hasta el año pasado, momento en el que la radio realizó una serie de cambios sin sentido que lo dejaron afuera del histórico Rock & Blues. 

Sólo por un tiempo más, la radio mantuvo un proyecto que se había terminado de plasmar en el 2006, Ministerio, donde, además del blues, Carlos encaraba decididamente la fusión y el rock. Luego del desbande de Rock & Blues, el “Ministro” comenzó en FM Cultura el programa Contacto Blues. Y ya sin la presencia del “Turco” Aquere, retomó una de las aristas del viejo programa de la hoy desdibujada FM 97.5. 

Ya en mayo de este año, dio su último paso radial: ingresó a una radio de renombre (FM Cielo, 105,5) con el proyecto de Ministerio, al que define como “un programa de blues rock y fusión”. “Si tuviera que decir cuánto tiene de blues Ministerio diría un 50 ó 60%”, aclara. De ese modo, y junto al ya histórico Nada de lo mismo, la radio logró constituir los domingos un bloque estético compacto de cuatro horas con una calidad que no se oía desde mediados de los 90, cuando la emisora de la UTN estaba en su punto de mayor audiencia. 


Un cadáver exquisito


En Argentina, y de forma más acentuada en Córdoba, el deterioro que vivenció la actividad cultural nos volvió ignorantes en distintas temáticas. Y la música no se ha salvado de esta situación. Tanto el blues como el jazz son considerados especies de lenguas muertas que sólo viven en el hermético y nostálgico saber de algunos iniciados. 

Pero en este sentido, el “Ministro” es bastante lúcido al recurrir a cifras: “En este momento, comercialmente, el blues no está muerto. Es un gran negocio: hará cinco o seis años atrás, en Estados Unidos se editaban como 2.500 discos de blues, o vinculados al género, el tres por ciento de las ventas totales de discos correspondía a discos de blues y un cincuenta por ciento de la gente que compraba música gustaba del blues”.

Aunque también es cierto que el hecho de que el blues represente un buen negocio para las discográficas no significa que esté vivo estéticamente. “Lo que pasa es que músicos nuevos insisten con temas viejos, como ocurrió siempre. Pero hay tipos, como también los hay en el jazz, que están haciendo cosas interesantes, tanto en Estados Unidos como en países europeos, en Alemania en particular. Acordate de Otis Taylor o North Mississippi All Stars, que si bien son diferentes tienen en común una similar austeridad musical”, abunda Rubín. 

Y reconoce que en Córdoba hay más blues del que se cree. Destaca a la Crosstown Traffic, que “siempre suena bien”. Agrega los nombres de Contizanetti, La Vagabunda y el excelente Rolo Casas. Y hace mención especial de Juanito Romero, Papi Chimi para nosotros: considera que hizo un aporte a la picaresca cordobesa y recuerda que mucha gente no lo quería porque, excesivo como siempre, “cuando se subía a tocar, no había forma de bajarlo”


Ritmo sanguíneo 


En la actualidad hay al menos cuatro programas de blues en Córdoba. Pero los programas de Carlos Rubín, Contacto Blues (en FM Cultura, 95.1, los jueves a partir de las 21 hs) y Ministerio (por FM Cielo, 105.5, los domingos desde la hora 22) son los mejores. El resto se embandera detrás de un par de músicos fetiches a los que siguen ciegamente, y como buenos fetichistas toman a la parte por el todo. El aporte del “Ministro” es tomar al blues sin subestimarlo, como algo complejo, donde se unen el arte, los estilos, las pasiones, y las estructuras sociales y económicas. Pero, coherente con las características principales del género, Rubín da prioridad a las sensaciones: “Cuando vos escuchás blues, te produce tanto una sensación física, de variarte la presión arterial, de variarte las pulsaciones, como un sentimiento a nivel espiritual. A mí me pasa eso”


Asunción del Ministro


En 1994 se me cumplió el sueño, como profesional de oficio, de vivir, aunque sea a medias, de lo que me gustaba. Dejé de hacer radio 100%  independiente y de puro gusto para ajustarme al formato de las radios de fórmula. Y la Rock & Pop Córdoba me involucró en varios programas que me comprometían con mis pasiones, como Rock & Blues, donde podía dejarme llevar por algunos padres del rock: los bluesmen. Pasaron años y mucha gente por el micrófono de R&B. Me hacía mucho bien, como locutor-conductor, rodearme de gente muy idónea en blues. Muchos músicos zaparon y aportaron sus conocimientos. Como Damián Duflos, armonicista de La Vagabunda, que colaboró durante mucho tiempo, al punto que cuando partió a otras latitudes el futuro del programa se nubló. Entonces yo también me pregunté si partir o someter Rock & Blues al tunning que exigía. Y Damián me sugirió contactar a un coleccionista de discos: “Tiene miles, de jazz, blues, fusión… Y sabe de lo que tiene”. Por supuesto, quise conocer cuanto antes a ese viejo rockero, aunque dudaba mucho que Carlos Rubín –que de él se trataba– aceptara acompañarme en el programa. Finalmente lo conocí, y nos entendimos muy rápido. De ahí en más, era con Rubín o no había más R&B. Y hubo mucho más. Pasaron más años; y durante una de las presentaciones del programa, a modo de carta a los oyentes, aterrorizado por los nuevos cambios en el gabinete De la Rúa, R&B anunció “la permanencia vitalicia del único e irremplazable Ministro que tiene el blues”. “Se llama Carlos Rubín y está con nosotros en Rock & Blues”, completó. Siempre creí en los poderes de la radio, el teatro de la mente. Y fíjense que son muchos los que sostienen esa creencia. ¡Volveremos!!! Gustavo “Turco” Aquere



Links:

https://contactoblues.wordpress.com/

https://ministeriobluesrockfusion.wordpress.com/

https://ministeriobluesrockfusion.wordpress.com/2009/04/03/nota-en-revista-la-central/



viernes, 16 de mayo de 2025

Historia del Rock Cordobés - Patricio Rey y 15.000 Fanaticos




Córdoba, República Argentina. Martes 31 de diciembre de 1996.


PATRICIO REY Y 15 MIL FANATICOS


Redonditos de Ricota en el año de la fiebre

Hace rato que las banderas de nuestro querido rock nacional ya no flamean en los mástiles de la rebeldía. Hoy, aquellas viejas postales setentistas son sólo recuerdos de un tiempo lejano y los grandes mitos del género que profesaron nuestros padres ya no se ruborizan a la hora de posar para la TV. El siglo está dando sus últimos pasos y es comprensible que todo cambie. Pero nada parece inquietar a los Redonditos de Ricota. La banda liderada por Carlos "Indio" Solari (voz) y Skay Beillinson (guitarra) continúa empecinada en transitar las calles de otras épocas. ¿Será por qué, en verdad, "todo tiempo pasado fue mejor"?. ¿Por qué, sobre esa imagen marginal (si se quiere), la formación platense, ha construido uno de los marketing más efectivos que haya visto la industria del rock local?. ¿O simplemente, porque ésta es una manera de concebir la vida, el mundo, la libertad...?. Cuando se trata de Patricio Rey y sus Redondos de Ricota, las preguntas sobran y las respuestas siempre resultan escasas. Aunque, tarde o temprano, aparecen en formato de CD. En este caso, Luzbelito (último disco de la banda) tardó dos años en pisar nuestras pampas rockeras. Pero, sin dudas, llegó para quedarse y "ser el pequeño espejo de nuestro mundo de hoy", justamente en este 1996, definido por la pluma de Solari como "el año de la fiebre".
Cuando el invierno emponchaba los corazones rockeros, el calor de una nueva placa independiente de los Redonditos (la novena) llegaba a las disquerías. Esperada por los fans y añorada con nostalgia por quienes, hace rato, no recibían noticias del mundo de "ricota". Aquel Infierno encantador que quedó retratado en uno de los primeros trabajos discográficos de la banda, se convirtió en el paraíso de Luzbelito, una especie de diablo con sentimientos y pasiones humanas. Un ser que llega cuando el apocalipsis marca la hora final, que "no viene a caerle en gracia" a nadie, mucho menos a dar explicaciones. En efecto, el último compacto de Patricio Rey es la partitura que más representa a los "ricoteros". Sin dogmas, ni prejuicios. Independientes, por sobre todas las cosas. Sólo condicionados, nada más y nada menos, que por miles de almas adolescentes deseosas de embriagarse en mares de pasión e insolencia juvenil. Así como Machito Ponce se vio obligado por la compañía que lo representa a cantar un tema para "Samantha" (Farjat), los Redondos se ven condicionados (por su público) a no mencionarla. Por supuesto, sabrá distinguir el lector la diferencia entre la presión de una multinacional y el fanatismo que si bien no es de los sentimientos más nobles, encuentra su razón de ser en el cariño hacia el ídolo. Dentro de ese cerco, que contiene actitudes y posiciones frente a la vida y la música, la verborragia del "Indio" se las ingenia para seguir sorprendiendo, para dar nuevos saltos en el terreno de la creación. Cómodos en el Edén que supieron construir, a fuerza de voluntad y más de 20 años de trayectoria, los Redondos corporizan el sueño de miles de rockeros que, alguna vez, anhelaron la posibilidad de movilizar a multitudes, sin perder la libertad de hacer, decir, callar y deshacer.
Sobre el final de este año, Solari concedió una entrevista para la MTV Latina. No resulta difícil suponer qué razón lo motivó a aparecer en la tele, después de tanto tiempo de mantenerse al margen del escenario electrónico. Teniendo en cuenta que la super cadena de videos llega a toda Latinoamérica, probablemente, entre los proyectos de los Redondos se encuentre ingresar al mercado internacional. A esta altura, más que un plan para el futuro, éste punto constituye una necesidad para la banda que ha crecido hasta convertirse en el fenómeno más masivo del rock nacional de los últimos tiempos.
Para los "ricoteros", el año nuevo ya llegó. Y fue una fiesta. Mientras afuera del estadio, la policía y los funcionarios del departamento Drogas Peligrosas revisaban hasta el último bolsillo del público, adentro comenzaba el ritual. Hubo fuegos artificiales, rock and roll, poesía y olores familiares. Hubo abrazos, baile y sudor. Hubo carnaval y barro para jugar a Woodstock. Pero, por sobre todas las cosas, hubo ese inconfundible aroma que destila la libertad. Duró sólo unas horas, pero alcanzó para que muchos sintieran que, en algún lugar del planeta y del alma, aún somos capaces de soñar con un mundo más libre.

Gabriela Vidal


domingo, 16 de febrero de 2025

Historia del Rock Cordobés - La TV se acordó del rock nacional




Córdoba, República Argentina. Martes 24 de diciembre de 1996.


PROGRAMACION


La TV se acordó del rock nacional


Cuando algo más de una década atrás los aficionados al rock apenas si conseguían escuchar un par de temas por la radio sintonizando en el dial de la AM el programa de Badía o la "Alternativa" cordobesa, a nadie se le hubiese ocurrido pensar que la televisión llegaría a gastar fortunas en ese género otrora maldito y hoy increíblemente exitoso.

Sobre la mitad de los '80, Mark Knopfler cantaba "Dinero por nada" en alusión a la MTV, el canal musical que hoy se ha impuesto en toda América, y por aquí seguíamos sin ver jamás en la pantalla a uno de los cultores del rock vernáculo.

Pero luego del boom Tango feroz, las cosas cambiaron y a la TV repentinamente le interesaron las caras de los legendarios protagonistas nacionales. Casi simultáneamente con el lanzamiento del filme de Piñeyro sobre esta suerte de Jim Morrison criollo que fue "Tanguito", se conocía uno de los primeros programas donde los músicos se expresaban sin ayuda del videoclip: Rocanrol. Con una producción genuina, a cargo del periodista Eduardo Berti y con el hermano de Charly García tras las cámaras, Antonio Birabent engarzaba las entrevistas que permitían conocer las opiniones de los músicos con voz y gesto.

En los últimos '70 y primeros '80, la forma de indagar los vaivenes del movimiento en sus albores había sido la de la letra escrita. Libros como el de Pipo Lernoud, un periodista que acompañó el flower power argentino, o revistas ("Pelo" o "Expreso imaginario") acompañaban las sesiones de repaso de viejos vinilos.

Por estos días, en cambio, la pared electrónica de nuestro hogar (gracias, Ray Bradbury, por aquella idea) pone en primer plano los rostros poco taquilleros de los miembros de Manal, Almendra o Los Gatos Salvajes cada vez que queda un espacio libre.

100 Db, que va por América, los jueves a las 23 (en Córdoba por cable), dedica cada episodio a un grupo o solista. Sumo, Soda Stéreo, Menfis, Los Ratones Paranoicos, Los Pericos y Pappo Napolitano ya pasaron revista a sus logros. En la última emisión, los que hablaron fueron los pioneros del rock en castellano. Ese mismo día, los fanáticos se habían prendido, además, a la segunda parte de Mejor hablar de ciertas cosas, un ciclo especial de la MTV para homenajear a los héroes del 4 x 4 de la "música progresiva" en adelante.

Litto Nebbia, Luis A. Spinetta, Willy Quiroga (Vox Dei), Edelmiro Molinari, el Carpo, Charly, Emilio del Guercio, Ricardo Soulé y Rochambole (de la Cofradía de la Flor Solar), entre muchos otros, sacaron turno para "hablar de ciertas cosas" como La Cueva o el baño del bar de La Perla del Once. En el otro envío, la voz de Gustavo Ceratti se intercaló con la del Indio Solari en un contrapunto que recreó las rivalidades entre sus fans.

La sana costumbre de preguntar a los que hicieron la historia se está imponiendo en la TV ultramoderna de las ediciones cortajeadas. Pero lamentablemente, el rock nacional en los '90 (salvo contadísimas excepciones) no protagoniza los charts de las discográficas.

Analía Iglesias



Hoy vuelven "Los Abuelos de la Nada"

Por iniciativa del bajista Marcelo "Chocolate" Fogo, sobrino del recordado Miguel Abuelo, líder y fundador del conjunto a fines de la década del '60, "Los Abuelos de la Nada", una de las bandas legendarias del rock nacional, se reunirán hoy para dar un concierto de Nochebuena en "The Roxy" de la Capital Federal.

Junto al bajista participarán del reencuentro distintos músicos que pasaron por las filas de "Los Abuelos": Gustavo Bazterrica (guitarra), Willy Crook (saxo), Daniel Melingo (vientos), Polo Corbella (batería), Gato Azul -el hijo de Miguel Abuelo- y Alfredo Desiata como tecladista invitado (en lugar del archifamoso ex compositor de la banda, Andrés Calamaro).

"Esta reunión no es un homenaje a Miguel, sino el regreso de la banda. Tratamos de juntarnos los que realmente todavía tenemos la camiseta de 'Los Abuelos' pegada en el cuerpo", explicó "Chocolate" Fogo. "Miguel nunca murió. Sus letras y sus música permanecen vivas en el recuerdo de la gente. Por eso sentimos la necesidad de la vuelta", aseguró quien reemplazó al legendario "Cachorro" López.
El regreso en una discotheque estará condimentado con clásicos de la banda como Himno de mi corazón, No te enamores nunca de un marinero bengalí, Cosas mías, Semental de Palermo y Capitán Calavera.

"Pensamos grabar un nuevo disco en marzo del '97 con esta formación. Ese álbum tendrá canciones nuevas y otras inéditas de Miguel que servirán para rendir homenaje a un ser increíble cuya presencia sentimos en cada uno de nuestros ensayos", afirmó Fogo.
Miguel Abuelo, líder de la banda, falleció el 25 de marzo de 1988. Un año antes, "los Abuelos" habían editado su último disco, Cosas mías, junto a Kubero Díaz (guitarra), Juan del Barrio (teclados), Polo Corbella (batería) y "Chocolate" Fogo (bajo).
Para los próximos días se esperan las repercusiones de otro regreso con disidencias.



Fuente:

Historia del Rock Cordobés - Pedro Asco, el rockero que encendió el fuego



Córdoba, República Argentina. Lunes 23 de diciembre de 1996.

MUSICA

Pedro Asco, el rockero que encendió el fuego


En los años '60 Córdoba también asistió a la fundación mundial rockera. Una escudería de bandas, que a su manera agitaron la década, deambularon por los escenarios locales para inaugurar una fiebre de sábado a la tarde (y noche) que aún hoy calienta las frentes. En cierto modo, se trata de un pasado cuya épica nos llega como un eco adormecido. Sin embargo su vibración siempre encuentra actualidad. Es un retorno que esta vez se manifiesta a través de un pionero, y de su incansable temperamento rocker.

Se trata de Pedro Asco (45), un cordobés que encendió el fuego en 1967-68, y que la historia del género _pronto a escribirse_ le reserva los primeros puestos en el índice. Desde hace 25 años vive en Los Angeles (California), ha vuelto a esta capital en una misión que reconoce tres fases: visitar la familia, recorrer el rock local de actualidad y recuperar su propia gesta con un sentido de "aquí y ahora". Tal pretensión se manifiesta en las actuaciones en pubs y en la edición local de una cinta que lanzó en Estados Unidos tiempo atrás, con su grupo multinacional Visión.

Pedro Asco posee el orgullo de fundar el rock de Córdoba, cantando en castellano y en inglés temas originales. "Con mi banda Vermin Group ofrecimos el primer recital rockero en la ciudad, lo realizamos en las instalaciones de la vieja sede de Iicana. El conjunto estaba integrado por Hugo y Chris en guitarra ("en realidad se llamaba Jesús, pero no nos gustó ese nombre para el estilo de música que hacíamos), Pito en bajo, Guillermo en órgano y Osvaldo en batería". 

Asco era el autor compositor y cantante. Después de ese debut el conjunto se hizo fuerte en el Club Juniors, con Enrique del Campo, con José González y en los escenarios que pudieran o supieran conseguir. "Creo que el tope que conseguimos lo marcó nuestra actuación en el Festival Made in Ufa, que se hizo en Carlos Paz. Participaron varias bandas de Buenos Aires y por un problema de equipamiento nostros tuvimos que tocar con los instrumentos de Carlos Biso y su Conexión Nº 5".

Si bien su labor comenzó en los '60, "no tuvimos nada que ver con la onda hippie. Lo nuestro era puro rock and roll y canciones que procuraban dejar constancia de una búsqueda poética y altamente emotiva". El grupo Vernin consiguió un contrato de grabación en 1971, "pero en ese año comenzaron a surgir graves problemas de represión y yo decidí abrirme camino en Estados Unidos. Tardé casi cinco años en asentarme en la costa oeste norteamericana, hasta que por fin me establecí en Los Angeles. Allí fundé la banda Visión, por la que pasaron muchos integrantes de las más diversas nacionalidades. Finalmente el conjunto se afianzó como trío con el bajista Larry Tuttle y con el baterista Patrick Tabarez". 

Juntos editaron varias cintas y álbumes independientes, del cual el último se lanza hoy para Córdoba, y en el cual participan como invitados los miembros de Arco Iris, Ara Tokatlian (saxos y sicus) y Hart Stern (percusión).
Asco, que reconoce influencias nacionales de folklore y tango para delimitar su rock, trabó contacto con el grupo cordobés Mauser y cree que juntos pueden expandir sus ideas rápidamente. "Todo ocurrió por coincidencia y me alegro que haya sucedido así. De esa manera comenzamos hace casi 30 años y no veo la razón para dejar el rock abandonado".


Ayer nomás

Pedro Asco asegura que los años '60 fueron una fiesta, especialmente los tres últimos, "cuando varias de las bandas de mocosos empezaron a mostrar cada una algo distinto. Además de Vermin, existieron grupos como Los Pájaros, Abuela Blanca, Los Relámpagos y Los Violentos, por nombrar algunas. Precisamente días atrás, casi la totalidad de los miembros de aquellos conjuntos se reunieron para evocar el ayer con ímpetu presente. Twist y gritos, Satisfacción y Viento dile a la lluvia, fueron algunos de los covers recordados y los títulos que marcaron el reencuentro de Pedro Asco con sus amigos y compañeros de épica. La vida continúa.



Fuente:


Historia del Rock Cordobés - 1996 Un año sin estridencias



Córdoba, República Argentina. Domingo 22 de diciembre de 1996.


ROCK EN CORDOBA


Un año sin estridencias


El debate es interminable: ¿el rock cordobés no puede despegar porque se desenvuelve en un medio poco apto para toda manifestación artística de vanguardia, o porque no cuenta con músicos con talento e inventiva?

De acuerdo a lo sucedido en el presente año, se puede decir que las razones del "no despegue" del género en nuestra ciudad responde a la confluencia de ambos factores.

Efectivamente, las pujas entre funcionarios municipales y productores de recitales, y la ausencia de bandas dispuestas a demostrar con convicción que lo suyo es cosa seria, crearon una coyuntura poco favorable para que en nuestra ciudad germinara de una vez por todas lo que se conoce mundialmente como "cultura rock". (Acaso no sirve seguir echándole la culpa a los cuartetos y a esa idiosincracia mediterránea).

Estos permanentes desencuentros se tradujeron en conciertos cancelados (Spinetta y los Socios del Desierto, en abril, y el Festival del Fulbito, en mayo), trasladados (Todos Tus Muertos en Malagueño el 24 de mayo) o interrumpidos (Nuevo Rock Argentino en el andén de la Estación Mitre, el 4 de noviembre, y Todos Tus Muertos en Juniors, el 12 de diciembre).

Si a eso le sumamos que desde el puerto los músicos llegaron hasta nuestra ciudad contando con el apoyo de discográficas, managers, editores y demás agentes del aparato extramusical, el margen para que los nuestros ganen un espacio y disputen cartel de igual a igual se volvió cada vez más exiguo.

Sin embargo, ante ese panorama adverso recrudecieron algunas ediciones discográficas sobre el final del año. Entre ellas podemos citar a los discos de Crosstown Trafic (blues y rythm & blues), Los Navarros (la banda que hizo culto al covers ahora suena sospechosamente grunge) y Caín (incansables peregrinos del hard rock).

El problema que traen consigo las ediciones es que los músicos cordobeses las toman como un fin último y no como un medio para difundir su arte. Los grupos ponen toda su energía sólo hasta llegar a la edición en sí, cuando los esfuerzos para defender una obra tienen que intensificarse en procesos posteriores como difusión, posicionamiento en el mercado y distribución de largo alcance.


Blues para tu mente

En función de lo que pudo observarse en escenarios, clubes y tinglados ciudadanos durante el año que se va, las bandas que animan la movida que podría denominarse "la blusera cordobesa" fueron las únicas que quemaron etapas de modo acertado.

Empezaron tocando para sus amigos, siguieron engrosando su repertorio en salones más espaciosos y terminaron llenando clubes y teatros ofreciendo espectáculos de muy buena calidad.

Es más, las propuestas de La Aceitosa Blues Band y Mama Prieta fueron bendecidas, en forma respectiva, por los miembros de la Memphis y de ka ex Durazno de Gala, formaciones líderes del género en territorio argentino. 

Un gesto similar tuvo Pappo para con los miembros de la Rolo Casas Blues Band, cuando compartieron escena en el bar de la Estación Mitre a fines de mayo. Como documento-síntesis del buen desempeño de la movida blusera cordobesa probablemente se edite en los primeros meses del año entrante el disco en vivo que la Aceitosa grabó en el Teatro Luz y Fuerza el pasado 8 de octubre.

En lo que respecta a los números nuevos, este año se consolidó definitivamente la formación Ego Non Fui, que basó su estrategia creativa en el precepto por el cual "a la música no hay que ponerle límites". Así, su propuesta se funda en un explosivo hardcore mixturado en forma inteligente con el jazzy, el soul y, fundamentalmente, el funk.

Por otra parte, las bandas que asomaban amenazantes a fines del `95 y que en el anuario anterior fueron sindicadas como las nuevas esperanzas del rock local, diluyeron sus intentos y terminaron separándose. De los históricos, sólo Hammer sigue vivito y coleando en cuestiones inherentes a la trascendencia.
 
En el `96 defendieron su primer disco en cuanta oportunidad tuvieron, realizaron su primer clip (contaron para ello con el aval de los noveles directores Cecilia Ortega y José Calderón) y lograron que entrara en la rotación de MTV. Todo eso sin el aval de ninguna discográfica.

Un ejemplo a imitar si se quiere tener un movimiento rockero intenso. Un anhelo que, pese a estar en la antesala del dos mil, los cordobeses todavía intentamos cumplir.

Germán Arrascaeta



El rockómetro del '96

Córdoba y Buenos Aires


15/01 IKV gira por por nuestras serranías

27/01 En Ferro, Page y Plant reflotan a Led Zeppelin

18/03 En River, los Ramones se despiden por enésima vez

20/04 V8 se reúne en Juniors

06/05 Punks y skinheads chocan en Baires

24/05 TTM actúa en Malagueño, para evitar presiones municipales

30/05 En una misma semana, Soda Stereo e IKV graban sus unplugged para MTV

30/05 Pappo toca en compañía de músicos locales

31/07 Pappo y Juanse dan cátedra de rythm & blues

01/08 Fito Páez hace el unplugged por su cuenta

06/08 Los DJ muestran que su operatoria tiene que ver con el rock

13/08 Lou Reed emociona a los argentinos

17/08 ANIMAL confirma su buen momento en el Sgto. Cabral

19/08 Los Redondos muestran "Luzbelito" en San Carlos

11/09 Fito Páez y Miguel Estrella actúan en el Libertador

08/10 Spinetta reacciona contra las discográficas

23/10 AC/DC en River

04/11 Nuevo Rock Argentino en CBA

03/11 Las Pelotas presentan a Andrea Prodan

23/11 Concierto "alternativo" en Ferro

07/12 Piojos pican en el Hindú



Todavía marginales

Hace rato que el rock perdió, como presupuesto, la marginalidad. Y hasta los grupos argentinos que transitaron en la penumbra antes de la Guerra de Malvinas tuvieron su cuarto de hora, al que Virus definió muy bien en la letra que dice "ahora el rock vendió el stock". Sin embargo, las bandas cordobesas persisten en su lucha por romper con los convencionalismos urbanos, sin resignar en un ápice sus "malas" costumbres: escaso dinero en los bolsillos, apego de algunos a los excesos, rudos pasos de baile y vocación por llegar tarde.

Así, durante 1996, tanto los grupos locales como los visitantes se vieron obligados a peregrinar por salas llenas de entusiasmo y vacías de comodidad. Los organizadores de shows, también obstinados, utilizaron la imaginación para transformar en escenarios tanto a una estación de trenes como a una discoteca. 

La falta de lugares para tocar es la eterna carencia del movimiento rockero autóctono. No hay un Obras Sanitarias ni un Luna Park, proporcional a la (reducida) envergadura de lo que se hace en Córdoba. Y los que están, muchas veces exceden las posibilidades económicas del evento. Mientras tanto, desde el ámbito oficial se otorga especial protección al orden y la moral, aunque la expresión artística juvenil por excelencia no encuentre un espacio digno donde mostrarse.

Raúl Dirty Ortiz


Continúa la era del "acusticazo"

En el año en que MTV entendió que el rock argentino es el de mayor tradición en toda latinoamérica, nuestros grupos mejor posicionados a nivel popularidad y ventas de discos no pudieron resistirse a la tentación de realizar un unplugged para la súpercadena de videos.

Aunque tuvieron algunas reservas para las puestas escénicas, Soda Stereo e Illya Kuryaki desarrollaron sus conciertos en la sede "latina" de MTV y editaron sus respectivos acústicos, los que _pese a ver la luz sobre el cierre del año_ arrasaron con las encuestas destinadas a averiguar cuáles fueron los mejores discos del '96. 

El que tuvo serios reparos en prestar su arte a las exigencias de la fragmentaria emisora musical fue Fito Páez, quien editó el unplugged por su cuenta y utilizando los estudios de Telefé. Además, el rosarino realizó una cruzada solidaria junto al pianista Miguel Estrella, que artísticamente quedó a mitad de camino de todo, pero que logró reunir una interesante suma de dinero para la fundación Música Esperanza.

Por su parte, Charly García invirtió su tiempo y energía realizando dos discos: uno junto a Mercedes Sosa (aún no editado) y otro solista que, bajo el sugestivo título de Say No More - No Concept, logró encabezar los ránkings radiofónicos por algunas semanas. De la bendita trilogía del rock nacional, sólo Spinetta se las vio feas, al no despertar la atención de ninguna discográfica para editar el repertorio concebido junto a Los Socios del Desierto.

En relación a los adalides del rock independiente, Los Redonditos de Ricota volvieron al ruedo con el ácido Luzbelito, llevando adelante una política de apertura para con la prensa y desarrollando para girar la misma estrategia de siempre: tocar en localidades inhóspitas del interior del país. 

La saga Sumo también se mostró inquieta, ya que Divididos resucitó entre los muertos y Las Pelotas camina mansamente hacia su primer disco en vivo. También habría que apuntar que se editaron los solistas de Luca y Andrea Prodan, dos discos que refuerzan el mito de la banda nacida en Nono en los primeros `80. 

Continuadores de ese rock argentino, sincero, expresivo y genuino son Los Piojos, quienes demostraron que la adhesión de las barras futboleras está más allá de responder a cualquier guiño demagógico. 

Otro grupo convertido por trabajo, dedicación y talento en "peso pesado" fue ANIMAL. Ellos asoman como los "nuevos Sepultura", ya que están dispuestos a conquistar mercados internacionales a base de un hardcore inspiradísimo y bien tocado.

Para cerrar, cabe apuntar que el saldo de la quinta edición del Nuevo Rock Argentino realizado en Córdoba en octubre pasado, arrojó un terceto de bandas que ya tienen acuerdos previos con algunas multinacionales. De ellas, seguramente, se hablará el año entrante: Turf (fichó para la EMI), Actitud María Marta (Polygram) y Catupecu Machu (varias empresas están interesadas). (G.A.)



Historia del Rock Cordobés - Rock: Liberación o Dependencia



Córdoba, República Argentina. Miércoles 18 de diciembre de 1996.

ROCK

Liberación o dependencia


La generalidad hace suponer que, en el negocio de la música, el artista propone una obra y el sello discográfico dispone cómo se realizará su comercialización. Dado que, gradualmente, la industria se fue comiendo manifestaciones musicales "de peso", disponiendo unilateralemente cuestiones no establecidas en los contratos vinculantes (o planteadas entre líneas), varios grupos y solistas se sublevaron y exigieron participar en las reuniones en las que se toman decisiones vitales para el destino de un disco.

Esa negativa de los músicos a ceder espacios en favor de sus editores, provocaron serias anomalías en lo que respecta al ciclo producción-comercialización-consumo de una obra discográfica. Esas alteraciones se hicieron más frecuentes en los últimos 10 años y tienen en los nombres de George Michael, Prince y Stones Roses ejemplos más que singulares.

Obviamente, los desencuentros entre artistas y productores fueron recurrentes en la historia de la música contemporánea. Love me do, el primer simple de Los Beatles, estaba listo para marzo del 63, pero recién vio la luz en octubre, una vez que los dueños de la Parlophone despejaron las dudas respecto de la calidad y melodía de la canción. En el caso de los Sex Pistols, su vínculo con la EMI duró lo que dura el carnaval, porque los funcionarios de esa multinacional nunca tuvieron entre sus representados a artistas provocadores y desestabilizadores del establishmeth.

Ahora bien, una cosa es experimentar un desencuentro por abrazar enfoques opuestos y otra muy distinta tomar decisiones sin la bendición del artista conchabado, como lo hacen regularmente los sellos en esta época en la que las ediciones son más que fluidas y el mercado exige un estudio exhaustivo sobre las posibilidades de éxito de un registro antes de que ocupe las bateas.

En este caso, más que "desencuentro" el vocablo que los músicos aconsejan utilizar es "estafa".

Años de ausencia

¿Y el público? ¿Qué participación tiene en todo ésto?
Ninguna, sólo limitarse a esperar que terminen las rencillas extramusicales para poder disfrutar de su artista predilecto. Esa espera puede durar años, como en el caso de la ausencia del grupo manchesteriano Stone Roses, cuyo conflicto con el sello independiente Silverstone los dejó sin grabar por un período de cinco años. Cuando lograron rescindir ese contrato y vender su arte a la David Geffen Company (esa empresa editó el segundo y último disco Second Coming), la denominada "movida Manchester" ya había abdicado en favor del grunge norteamericano, cuyos héroes apáticos y torturados no tuvieron reparos en abandonar sellos undergrounds o cooperativos para pasar a engrosar el catálogo de las agencias "peso pesado".

La inversión de tiempo del cantante Ian Brown y los suyos, para resolver el destino de su obra, les significó perder el tren de la popularidad y caminar mansamente hacia la disolución, que finalmente se produjo meses atrás.
En momentos en que se debía hacer pública la separación, el cantante Brown se animó a declarar en la revista especializada Melody Maker que "el negocio de la música es el más sucio de todos. Nosotros lo experimentamos".

Fueron también cinco los años que George Michael estuvo parado por sus problemas con la Sony, compañía a la que acusó de "no haberlo tratado como un artista sino como una mera pieza de software" (téngase en cuenta que esta empresa se dedica principalmente a la fabricación de productos eléctricos). El enojo del cantante, tuvo su genésis en el desencuentro con los funcionarios Don Ienner (titular de Columbia) y Tommy Mottola (presidente de la Sony), quienes se retiraron antes de la finalización de un concierto realizado en el '91 en Toronto. A raíz de ese incidente, Michael presentó una demanda en un alto tribunal de Londres con la intención de invalidar el contrato con esa empresa que lo obligaba a grabar ocho álbumes. Pero perdió ese juicio y tuvo que pensar en mejores formas de liberación.

Es entonces que se produce la "compra" de ese contrato por parte de las empresas Virgin y la Dreamworks (propiedad de Geffen-Spielberg-Eisner) en una suma próxima a los 40 millones de dólares. Posteriormente, estas firmas le pagaron 12 millones al artista para que editara dos discos, de los cuales sólo se publicó uno, en el que se agradece a sus fans por la espera. Lo que nunca quedó en claro si el afán independista de Michael respondió a la necesidad de reivindicar su obra, o a un capricho de estrella molesta porque sus jefes no tuvieron una actitud complaciente para con su música. Sólo él lo sabe.

¿Emancipado?

En una entrevista concedida al The New York Times, el artista antes conocido como Prince explicó: "Cuando uno se sienta a componer, no deberían existir las precondiciones. Se supone que la idea rectora no debe ser algo así como ¿de cuántas formas distintas podemos venderlo?. Nada más alejado del espíritu de la música". 
Esta respuesta de algún modo intenta ser un fundamento de la ruptura del vínculo entre el hombre símbolo y la compañía Warner, que lo obligó a someterse a rígidas estrategias de promoción aún cuando se trataba de uno de los músicos más conocidos de su catálogo e, incluso, de uno los socios mayoritarios de la compañía. La disputa entre las partes se desata desde la firma misma del acuerdo vinculante, por medio del cual la empresa contrata al músico para que grabe seis discos. 

Por su trabajo Prince recibiría la friolera de cien millones de dólares. Pese a que sus honorarios fueron tan elevados, el líder de New Power Generation siempre se resistió a ser un mero empleado de su discográfica y cumplir al pie de la letra sus mandamientos. Consecuentemente, aceleró la edición de sus obras para que los términos del contrato expiraran cuanto antes. Así fue que _en menos de tres años_ nos inundó con Diamond & Pearls, El símbolo del amor, Come, Gold's Experience y Chaos & Disorder, todo un aluvión de buena música para preparar el terreno de su lanzamiento como artista independiente. 

Obviamente, en el momento de editar tanta música "el artista" (como también gusta que lo llamen) tampoco pensó en el público, actitud que conserva por estos tiempos en que arremetió con su disco triple Emancipation (¿Cómo hace una persona para asimilar un tres discos de más de una hora cada uno?). Aunque se trata de un disco autogestionado por estar editado por su sello NPG Records, esa obra es distribuída y posicionada por la EMI.
Prince es como ese chico que se fue de casa pero que de vez en cuando vuelve para que mamá le cocine su plato preferido.

Germán Arrascaeta


Spinetta, todo un caso

Luego de superar traumas y supersticiones varias, Luis Alberto Spinetta volvió a trabajar en la música en la segunda mitad del '95, cuando arremetió con un power trío llamado Los Socios del Desierto y cerró un parentesis de varios años de veda tras la edición de Peluson of milk en 1992.

En el corto plazo, ese grupo llegó a conmover multitudes y logró componer un repertorio superior a las 30 canciones. En otras palabras, llegó a estar "a punto" para grabar un registro. Así lo entendió "el Flaco", por lo que costeó por su cuenta las horas de grabación y la diagramación de tapa, descartando que la obra iba a ser aceptada por alguna compañía de acuerdo al criterio estético con el que fue concebida: un álbum doble con 33 nuevas canciones.

El problema se desató cuando ninguna de las empresas multinacionales con subsidiarias en Argentina se mostraron interesadas en publicar la vuelta de Spinetta. Ante esa negativa, el ex-Almendra mandó un escrito a todos los medios de comunicación y lanzó espesos dardos contra la industria discográfica. Esta es alguna de las frases reaccionarias que suscribe en ese comunicado: "Quizá mis discos se hayan vendido de a poco, sin un boom de ventas, pero se han vendido constamente y desde siempre, hasta convertirse en material de colección o catálogo. Estos mismos sellos que ofrecen sólo viles migajas por mi nueva obra se licencian entre sí los antiguos masters de Invisible y Pescado Rabioso, cambiando el original, sin ningún respeto por los artistas que lo realizaron, ya que pagan (sólo) la antigua regalía, la cual avergüenza".

"La polución y la contaminación de este planeta no es sólo aquéllo que afecta a los ecosistemas, también es lo que late en los cerebros envenenados que restringen la creatividad, sólo para ambicionar un mayor poder. Así se destruye el campo donde florecerían las nuevas generaciones de músicos argentinos", sentenció Spinetta.



Historia del Rock Cordobés - Cuando el jazz expande su mirada



Córdoba, República Argentina. Martes 10 de diciembre de 1996.


CONCIERTO


Cuando el jazz expande su mirada


En uno de nuestros diálogos previos al días de la actuación, Alexander von Schlippenbach confesó, con ese tono austero y estricto que lo caracteriza, sin fatuos ademanes: "Pude haber sido, un buen quizá un gran concertista clásico, la situación me favoreció desde la niñez, pero bueno... el jazz y lo que implicó el free-jazz se aferraron a mi vida y ya todo cambió". El concierto que escuchamos el pasado sábado en el Cabildo Histórico se inscribe perfectamente en un contexto musical provisto de elementos del free y de la atonalidad contemporánea; contexto que más que signar un estilo musical configura un escenario, una base estructural en donde la experimentación y la libre interpretación, dentro de un acabado conocimiento histórico y técnico, se aúnan para plasmar una unidad. Unidad de espíritu, de intensidad y ejecución. 

En la década de los sesenta el free-jazz irrumpió como un cambio de paradigma, más también como una prolongación del propio jazz. Músicos como el propio Ornette Coleman se encargaron de aclarar la inutilidad e incluso la frivolidad de pretender lanzarse a ejecutar improvisación libre sin un claro conocimiento de los blues. El free postuló entre otras cosas: una extensión del sonido musical del género, a partir del empleo de recursos como los racimos de notas o el punzar sobre el teclado, algo que ya había utilizado a su manera Henry Cowell; la revalorización del propio concepto de intensidad y atonalidad, y algo fundamental: una nueva concepción del ritmo, donde la simetría métrica es suplantada por una inquietante pulsación, en ocasión, de múltiples sobreposiciones.

Alexander von Schlippenbach y Aki Takase conocen a la perfección el campo en el que se mueven, sin desconocer que tanto los elementos del jazz, como de la música contemporánea le son familiares. En ellos el swing no está ausente, simplemente está internalizado en el fraseo, y éste, fiel a una identidad estética, prescinde por momentos de las leyes de la armonía funcional tradicional. El primer tema solista de Schlippenbach fue un ejemplo de esto. En la interpretación de un tradicional rag después se evidenció cómo a partir de la interpretación, las alteraciones internas en el tempo de la pieza, puede afectar la relación de sus partes resignificando u otorgando un nuevo sentido a la misma.

De allí en más, el carácter afectivo de una frase musical puede ser delicada o bruscamente alterado, por el cambio de un simple acorde o progresión. El trabajo del sábado pasado podrá ser considerado legítimamente por algunos oyentes que acompañaron magníficamente y en amplio número todo el concierto, como carente de emociones explícitas (del tipo: "cantemos todos que somos hermanos"), o falto del consabido y muy conocido swing. No compartimos esta idea. Sí que éste, junto a trabajos de músicos con otras temáticas (Anthony Davis, Braxton, Steve Lacy, Oliver Lake) ofrecen una particular perspectiva, dentro de un género que viene consolidando demasiados estereotipos y fórmulas previsibles, independientemente de las calidades técnicas.


Eduardo Lacoste

Fuente: 

Homenaje a Carlos "El ministro" Rubin

  Hola, bienvenidos a una nueva entrada de este espacio, hoy traemos un merecido homenaje a un personaje que fue generoso con su conocimient...