Corría el verano del año 2005, mi primer PC todavía estaba
como nueva (Hoy no queda nada de ella), hacía poco tiempo había aprendido (eso creía) como
grabar el audio de la radio en la computadora.
Esto lo hacía conectando la salida de auriculares del equipo
de música y enviando el audio a la entrada auxiliar de la placa de audio, utilizando un cable con fichas jack macho en ambas puntas.
Esto, con el paso del tiempo, me di cuenta de que no era lo más
optimo, porque debería de haber colocado entre ambos aparatos un cable que
hiciera de masa, debido a esto, cuando escuchen los recitales grabados en el Cosquín
Siempre Rock van a sentir un pequero silbido.
Además, el sonido que entraba en la PC era capturado con el
Windows Movie Maker, y el formato de audio de la grabación era WMA.
Sin duda alguna, eran otras épocas, más románticas, momento
en el que estábamos pasando de los analógico a lo digital.
Dicho todo esto, les queremos contar que hace unos días atrás
encontramos unos viejos CD´s de datos, en los cuales estaban los recitales del Cosquín
Siempre Rock del 2005, acto seguido lo pasamos a la PC y de allí los subimos a
Archive.org
CD de la marca Teltron, muy gauchitos. |
A continuación, les dejamos los links para que puedan entrar
y escucharlos o descargarlos gratuitamente, como más les guste.
También les compartimos una breve reseña de lo que sucedió en el evento “robado” por el difunto Jorge Ginsburg.
Jorge Guinzburg (1949-2008) |
El otro Cosquín, Siempre Rock
NATALIA ROZADA14 FEBRERO, 2005
Después de la polémica, finalmente la Próspero Molina tuvo su festival. Siempre Rock convocó más de 30 mil personas en dos jornadas, Bersuit el viernes y Andres Calamaro el sábado fueron las estrellas del evento.
Salir de Córdoba Capital no fue difícil en la mañana del viernes. La Terminal de colectivos no lucía abarrotada de ansiosos roqueros y se conseguían pasajes sin mayores demoras cerca del mediodía. Al llegar a Cosquín no se veía demasiada gente vagando por las calles y la plaza “de los artesanos”, próxima a la Prospero Molina, que suele ser el punto de encuentro estaba casi desierta. La primera impresión fue que el festival de Cosquín no cumpliría con las expectativas de sus organizadores, que habían anunciado la venta anticipada de 17mil entradas entre las dos jornadas.
Con atraso abrieron las puertas y nos apresuramos a entrar. Apenas un puñado de chicos ingresamos a la plaza y pocos minutos después comenzaba el desfile de grupos. Esto se repitió durante ambos días, las primeras bandas tocaron para muy poca gente, dado que el público recién comenzó a llegar cuando el sol caía. No importaron los “carteles” de cada artista, desde 250 Centavos (único representante cordobés) hasta A.N.I.M.A.L. e incluso el mismísimo Fito Páez (el sábado acompañó desde la guitarra a Koky and The Killer Burritos); todos tocaron para un público más que reducido. “Este es el show de que todos van a hablar aunque no lo vio nadie”, señaló Páez.
Lamentablemente, a pesar de las interesantes propuestas musicales que se podían escuchar en las primeras horas del festival, el grueso del público fue directamente para escuchar su grupo preferido. El caso más notorio fue el viernes, cuando pasadas las 21 recién la plaza comenzó a tomar color y forma.
Todos esperaban que “los dueños del circo”, como se le escuchó decir a un stage, hicieran su aparición. Coreando los tradicionales cánticos de guerra entre banda y banda, los fanáticos bersuiteros hicieron notar su impaciencia. Finalmente los liderados por Gustavo Cordera dieron rienda a la fiesta. Unas 14 mil almas, según informó la producción, corearon cada uno de los temas del grupo.
Con una estructura de show muy similar a la desplegada en el Gesell Rock, Bersuit Vergarabat mostró un espectáculo prolijo y medido hasta en los más mínimos detalles. Sin decir nada nuevo, el poder histriónico de este grupo es lo que permite que la fiesta sea generalizada a pesar de que el play list sea casi idéntico en los shows.
Pero el sábado la nota curiosa fue ver a Fito tocando la guitarra, sin cantar y para poco más o poco menos de 200 personas. ¿Quién se hubiera imaginado verlo a 10 metros sin tener que soportar el peso de miles pujando por estar cerca del artista?
Otros que brillaron fueron los ecuatorianos Sudakaya que hicieron bailar bajo el incandescente sol de las 15:00 a los casi 50 presentes, hecho que se tomaron con singular sentido del humor. Flavio y la Mandinga, con el color de la murga sacudieron la plaza y los Non Palidece dieron cuenta de porque son uno de los grandes referentes del reggae argento.
Almafuerte convocó a las “bestias”, en su mayoría adolescentes con un peso promedio de 60kg, a saltar bajo el sol a pesar del riguroso luto. Con una lista de temas compuesta por partes iguales de viejos clásicos y los temas más representativos de ultimando, agradeció a los organizadores y protestó, una vez más, con ironía porque “no pasan las canciones de Almafuerte por la radio”.
Intoxicados realizó un show demasiado prolijo para lo normal de la banda, con el Pity Álvarez a la izquierda del público tocando la mayor parte del recital sentado en un puff, la banda se limitó a mostrar sus temas ante una efusiva audiencia. Una bengala apareció entre la gente cuando interpretó el tema La Vela… antes de que llegara la manguera, quienes estaban cerca del joven que la encendió le apagaron la bengala a golpes… “¿van a aprender o van a aprender?”, reflexionó alguien desde las gradas. Aunque no sea esta la mejor forma de hacer docencia, la silbatina generalizada ante la presencia del humo demuestra que al menos por ahora no está permitida la pirotecnia en los recitales aunque sean al aire libre.
Los Reincidentes tocaron en uno de los escenarios secundarios, demostrando que después de La Polla Record hay punk en España. Attaque 77 desempolvó algunos temas olvidados en el tiempo y revolvió su play list haciendo que el comienzo del set fuera más que atrayente. La Mancha de Rolando no despertó demasiada devoción en el público, a pesar de emitir una catarata de hits radiales. Todos esperaban el gran momento.
La larga espera valió la pena. Casi 20 mil personas haciendo el aguante a Andrés Calamaro, el Calamar, el Salmón o como quieran apodarlo. Lo cierto es que a pesar de que no se encuentra en su mejor momento, su sola presencia bastó para que la emoción fuera masiva.
Con una lista de canciones memorables que incluyó Costumbres Argentinas, La Libertad, Media Verónica, Alta Suciedad, El cantante, Vicio y otros, repasó a grosso modo lo más popular de su carrera. Dos sensaciones invadieron la plaza: por un lado, como señalamos, la emoción de tener a uno de los mejores cantautores de nuestro rock nuevamente en un escenario. Por otra parte, dejó gusto a poco… 90 minutos no alcanzaron y todos esperaban un poco más.
Brillante final para un festival que corrió peligro de suspenderse dado el motín que se produjo el jueves en una cárcel de Córdoba, y mantenía en vilo al grueso de las fuerzas policiales. Habrá que ver lo que sucede el venidero año, cuando se pulan las imperfecciones, sobre todo en materia de prensa y horarios de actuación. Ahora viene el tiempo de las comparaciones y el público decidirá quien ganó la primera batalla en la disputa por tener el festival más importante del país. Por ahora el titulo no cambió de manos y el megaevento de José Palazzo (Perro Producciones le vendió sus acciones sobre el festival a Nueva Tribu) continua a la cabeza, pero el retador aún respira. Será hasta el próximo verano, cuando el avispero vuelva a alborotarse y el enjambre de roqueros cope por sexto año consecutivo las sierras cordobesas.
Fuente:https://rock.com.ar/shows/el-otro-cosquin-siempre-rock/
Ahora,lo que esperaban, los audios del Festival:
Si estuviste en el festival y queres contar alguna anécdota,
sos bienvenido, gracias por leernos, nos vemos en la próxima entrada.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario